La Encuesta sobre violencia durante el ejercicio de la profesión médica como parte del protocolo de monitoreo que ejerce el Programa de Prevención de la violencia a los médicos de FEMEBA con alcance iberoamericano que contó con la participaron de cerca de dos mil galenos reveló datos alarmantes sobre la vulnerabilidad de los profesionales de la salud en materia de seguridad.
Entre el 50 y el 60 por ciento de los médicos encuestados comentaron que no hay delimitaciones ni sistemas de vigilancia y que del 40 al 70 por ciento, según cada país, carece de personal de seguridad; con cifras rondando el 60% de ausencia de este recurso, lo que condiciona la exposición del médico.
Entre las causas de la violencia aparece como causa más frecuente la demora en el tiempo de atención en el 40% de los casos, seguido en un 20%, por la mala comunicación con el paciente por diversas causas.
En cambio, la carencia de recursos materiales para resolver un problema muestra un 11% de causa potencial de conflicto, o sea dos a cuatro veces menos que la relación humana.
En materia de comunicación con el paciente por parte de los profesionales de los equipos de salud, o el manejo de situaciones violentas, las cifras son en general parecidas: 6 de cada 10 médicos tuvieron formación al respecto y las políticas de prevención sobre violencia en el ámbito laboral muestran cifras muy bajas de estar presentes en forma institucional y no superan el 12%.
Asimismo, los médicos de todos los países participantes se han sentido presionados por los pacientes en un 11% en forma permanente, y en general entre un 50% a un 70%. Así, 40 de cada 100 médicos encuentran que estar expuestos a los actos de violencia se transformó en una realidad que deben enfrentar como si fuera normal y esto se observa en todos los países.
El 53% de los médicos pudo informar al menos un episodio de violencia en el último año. Este aspecto tuvo importantes variaciones porque se reportaron en un 76% en el Uruguay y en un 44% en Argentina.
Sin embargo, tal vez lo más interesante de este dato es que los cuatro países notificaron que el 70% de estos mismos médicos sufrieron más de un episodio de violencia en el año, y aquí sí encontramos una concordancia independientemente del lugar de residencia del profesional ya sea en la provincia de Buenos Aires, en Uruguay, en España o en Paraguay.
Las formas en que se manifiestan los actos de violencia también han sido muy coherentes entre los países, mostrándose que 5 de cada 100 episodios son de referidos a violencia física y el resto a violencia verbal, o a través redes sociales.
El estudio precisa que las razones por las que se dan las agresiones al personal sanitario no escapan a las causantes de la violencia en general y es un fenómeno multicausal, en el que intervienen aspectos organizativos, culturales, sociales, económicos, tecnológicos y laborales, como así también, factores individuales del actor y predisponentes de la víctima.
Si nos atenemos a la violencia sanitaria, las causantes son múltiples, aunque la mayoría de ellas suceden por demoras en la atención y tiempos de espera.
Sin perjuicio de ello, existen otros factores que intervienen para que un paciente recurra a la violencia, física o verbal, y termine agrediendo a un sanitario. Así, podemos citar, la falta de personal en horas conflictivas, la falta de personal de seguridad en determinados servicios o en ocasión de atender a pacientes potencialmente peligrosos, psiquiátricos, bajo los efectos del alcohol o drogas o con historial de violencia, la forma y el contexto en que se comunican malas noticias, la precaria o inadecuada infraestructura en la que se presta la atención sanitaria, entre muchas otros.
Las situaciones de violencia sanitaria externa no son ajenas a la violencia por razones de género por fuera de la institución. Así, las desigualdades de poder entre géneros, basadas en normas y estereotipos sociales y culturales que perpetúan la discriminación contra las mujeres y personas con identidades de género diversas, se replican dentro de las instituciones favoreciendo la ocurrencia de estos eventos.